La izquierda francesa encabezó este domingo una verdadera hazaña electoral, posicionándose por delante del oficialismo de Macron y relegando al tercer lugar al bloque de ultraderecha de Marine Le Pen.
El Nuevo Frente Popular, construido en tiempo recordar en gran medida por la consolidación de la unidad en la izquierda francesa, permitió que la composición de los 577 escaños de la cámara, quedasen en mayoría para las fuerzas progresistas. Este escenario, aunque ideal para la izquierda francesa, abre un panorama de gobernanza aún incierto, pues ningún bloque logró la mayoría sustantiva, por lo cual se consolida un escenario que obliga a la negociación.
Un escenario observado por todo el mundo, abre así un nuevo capítulo en la contienda electoral francesa, donde el líder de “La Francia Insumisa” (LFI), Jean-Luc Mélenchon, exhortó a Emmanuel Macron a nombrar inmediatamente un Primer Ministro de la alianza de izquierdas, además cerró posibilidad a las negociaciones indicando que, el Nuevo Frente Popular debe aplicar su programa político. Contrario a Mélenchon, el presidente de los Socialistas franceses llamó a la responsabilidad de las izquierdas en la tarea de construcción de mayorías.
Por su parte, Marine Le Pen, quién escuetamente conversó con la prensa, comento que obtuvieron “una victoria diferida”, pues si bien quedaron relegados tras la hazaña unitaria, su partido la Agrupación Nacional (RN en francés), dobló el número de sus diputados, consolidando así un avance inevitable de su sector.
